Espejito, espejito

Acá estoy tratando de avanzar un poco con el cuarto de “la más bella del reino”. Por ahora duerme con sus hermanos varones y ella está feliz ahí, pero presiento que en algún momento va a necesitar un refugio. Así que de a poquito le voy a ir armando su cuarto con varias cosas de la calle y otras que andan dando vueltas por ahí.

La gran decisión fue que no va a ser rosa, en ninguno de sus tonos. Le compré un almohadón de Laura Ashley con florcitas azules, como para tantear otra paleta, y le encantó. Así que por ese camino seguiré.

Hasta hoy lo que tengo es la cómoda que ya vieron y un espejo que sacó a la calle un vecino al que se le inundó el garage y aprovechó para deshacerse de algunas cosas. Nosotros felices cargamos el auto.

Este espejo de pie no es una antigüedad, ni mucho menos, pero la forma es linda, imitando el torneado de los muebles de antes. Como era de madera oscura y yo lo quería más luminoso, lo pinté de blanco. El envejecimiento pasó por mi mente, pero decidí darle tiempo. Me gusta como quedó y cuando el ambiente esté más avanzado, lo volveré a evaluar. Por ahora es blanco. Más que blanco, blanco Ala.

 

Lo tenía en mi cuarto, pero me pareció una buena idea cederlo para que las hadas y las princesas se acomoden sus atuendos. ¿Qué les parece?